Siempre le he dado mucho valor sentimental a los objetos. Y además me encanta rememorar viejos tiempos. ¡Combinación explosiva! El resultado es que lo guardo TODO porque quiero conservar todos los recuerdos. ¿A ti también te pasa? A lo mejor te resulta mucho más fácil seleccionar que a mí (sinceramente espero que así sea, jaja). El caso es que después de los años me he encontrado con unas cuantas cajas de recuerdos enormes y no me ha quedado más remedio que hacer criba. Por un lado, porque no tengo tanto espacio, y por otro porque sentía que necesitaba liberarme de un montón de cosas que me pesaban más que me aportaban.
Si quieres saber cómo conseguí seleccionar lo que quería guardar, cómo lo he organizado y mi plan para manejar los recuerdos de aquí en adelante, sigue leyendo.